LEISHMANIOSIS

03.05.2016

La leishmaniosis canina está causada por un parásito microscópico llamado leishmania que se transmite a los perros por la picadura de un pequeño insecto (parecido a un mosquito) llamado flebotomo. El flebotomo requiere humedad ambiental alta pero, a diferencia de los mosquitos, los cuales se reproducen en aguas estancadas, éste lo hace en zonas donde se acumulan hojas, ramas, en cuevas o madrigueras, etc.

Provoca síntomas muy diversos (que no suelen aparecer inmediatamente), afectando sobre todo a la piel, el riñón y las articulaciones, pudiendo llegar a provocar la muerte del animal. Una vez contraída la enfermedad el perro no podrá curarse pero, mediante un buen control veterinario y manteniendo al animal bajo tratamiento, puede conseguirse una buena calidad de vida.

Se recomienda una prueba anual para descartar que el animal haya podido infectarse con la leishmania y, en caso de que así haya sido, poder detectar precozmente al animal enfermo.

Como en cualquier enfermedad lo más importante es la prevención, por lo que es básico intentar evitar, en la medida de lo posible, el contacto del animal con los "mosquitos". Las picaduras de flebotomos se pueden evitar adecuadamente siguiendo estos pasos:

  • Mantener al perro en el interior, entre el anochecer y el amanecer, durante la temporada de actividad de los flebotomos.
  • Reducir los microhábitat favorables para los flebotomos cerca de la casa o en los lugares donde el perro pase más tiempo.
  • Usar tratamientos insecticidas ambientales
  • Usar insecticidas tópicos con acción probada frente a los flebotomos que pican a los perros.

Desgraciadamente estas medidas no son infalibles y no siempre podemos evitar el contagio así que se pueden realizar, además, otras medidas de prevención que son: la vacuna (denominada Canileish) o la administración de Domperidona (denominada comercialmente Leisguard). 

La vacuna se administra a partir de los 6 meses de edad. Después de la primera vacuna se repite una vez cada año.

El leisguard es un preparado en suspensión que se administra una vez al día durante 1 mes y que se repite 2 veces al año, preferentemente en Junio y Octubre.

Ambos tratamientos producen el mismo efecto: aumentar la respuesta inmunitaria celular frente al parásito, lo que quiere decir que preparan las defensas del animal para que impidan el desarrollo del parásito.

Antes de administrar cualquiera de estos productos es recomendable realizar una prueba sanguínea que asegure que el animal está realmente libre de la enfermedad ya que, en caso contrario, se le debería administrar el tratamiento pertinente.

LEISHMANIOSIS EN HUMANOS

Las personas pueden padecer la leismaniosis, aunque sólo la desarrollan aquellas que están inmunodeprimidas por enfermedades graves. Existen dos manifestaciones de la enfermedad: la cutánea que provoca ulceraciones en la zona de la picadura del "mosquito" y que evoluciona bien sin tratamiento y la visceral, que afecta a órganos internos y que requiere tratamiento, que en el caso humano es muy eficaz.

El contagio de la enfermedad es SIEMPRE a través de la picadura del mosquito, lo que quiere decir que no es posible la transmisión directa de persona a persona o de animal a persona. Para que exista contagio el proceso es el siguiente:

- El flebotomo pica a un perro con leishmanias
- El flebotomo debe pasar un periodo de aproximadamente una semana en el interior del mosquito para volverse infectante.
- El mismo flebotomo pica a una persona o perro y se la transmite.

Por todo ello, el riesgo de infectarse no es mayor por tener un perro enfermo en casa: está relacionado con vivir en una zona geográfica donde exista la enfermedad, tengas perro o no. Lo más importante entonces es preocuparse de tratar al animal si está infectado y prevenirlo de nuevas picaduras.